2 de jul. 2012

Crítica a Seis puntos sobre Emma

[Publicada a Tu peli (11/05/2012)]

Puntuació:  

La premisa de lo desdichado suele condicionar en exceso el punto de vista de la opinión pública, susceptible, a menudo, a sobreestimar aquello que tiene relación con las minusvalías. Conceptos ya muy manidos como la famosa superación personal, hacia los que suele haber una exagerada sensibilidad, pueden ser perjudiciales a la hora de juzgar acciones, hechos, o en este caso manifestaciones artísticas por su facilidad por tocar la fibra. Claro ejemplo de ello son películas como Jack (1996) de Coppola, de tono paternalista y deleite por lo lacrimógeno. Existen también, sin embargo, films que contrarrestan con mucho acierto esta tentación hacia la condolencia tratando la minusvalía como un elemento secundario, condicionante hasta cierto punto de las aventuras, desventuras y estadios anímicos de sus protagonistas. Así lo veíamos hace no mucho tiempo con la interesante Yo, también (Álvaro Pastor, Antonio Naharro, 2009) y así lo vemos también con la notable ópera prima de Roberto Pérez Toledo, Seis puntos sobre Emma.

El mismo director afirmaba, en una reciente entrevista: «no quiero que asocien las discapacidades con la superación, no he hecho un manifiesto». Declaraciones que corroboran lo que vemos en pantalla; una protagonista ciega que vive un día a día obviamente supeditado pero nunca lastimosamente enfocado. La película está calculada para tratarlo todo con naturalidad, y se lo toma tan en serio que bromea al respecto con el desenfado de quien puede reírse de ello sin sentir remordimientos. Ésta es su gran virtud, relatar la vida y los romances y los desengaños como respuesta a la pasión y a la búsqueda de afecto, en ningún caso a la pena o la compasión.

También es cierto, por otra parte, que Seis puntos sobre Emma no emana ningún virtuosismo ni sonoro ni visual, algo quizás reprochable, aún más teniendo en cuenta la temática de la película. Las posibilidades de lo audiovisual de formular descripciones menos explícitas y más sensoriales las pasa por alto Pérez Toledo, centrando todo el interés del film en la historia de Emma y sus vacíos afectivos. Cabe decir, no obstante, que acierta de pleno con Verónica Echegui, perfecta en su difícil papel de seductora invidente. La actriz madrileña empieza a ser un emblema con sus papeles fuertes y rebosantes de carácter, como demuestran sus trabajos con Bigas Luna o Icíar Bollaín.

La de Pérez Toledo es, pues, una estimable y positiva película que, aunque no pasará a la historia, sí que supone un paso firme en la carrera del director y en la erradicación de según qué términos o conmiseraciones.

Lo mejor: su seguridad y carácter desacomplejado.

Lo peor: su desaliñada técnica.

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